¡Descubre los colores, aromas y sabores que crean los diferentes tipos de barriles de madera en los que se envejecen las cachaças premium!
Mientras que otros destilados se envejecen exclusivamente en barricas de roble, ya sea europeo o americano, la cachaça se diferencia porque más de cuarenta especies de maderas nacionales, como Jequitibá-rosa, Jequitibá-branco, Baume, Arachide, Ipê, Amburana, Grápia, Ariribá, Jatobá́, Freijó y Canela-sassafras, dan al destilado nacional su identidad y autenticidad.
El envejecimiento de la cachaça en barricas de madera altera sus propiedades organolépticas. Estas propiedades dependen de factores determinantes como la calidad de la cachaça que se almacenará para su envejecimiento, su graduación alcohólica, el tamaño de la barrica, el tipo de madera de la barrica y su estado, el período de almacenamiento, si la barrica ha sido tostada o no, e incluso las condiciones ambientales de la bodega.
Varias maderas brasileñas han demostrado ser ideales para el almacenamiento, gracias a su resistencia, baja porosidad (reduciendo la evaporación) y baja capacidad de interferir con las cualidades sensoriales de la bebida, preservando así las principales características de la cachaça pura.
Para que una cachaça se considere añeja, el 50 % de su volumen embotellado debe madurar durante al menos un año en un barril de hasta 700 litros. La mayoría de las cachaças añejas se añejan en barricas de roble americano o europeo, previamente utilizadas para el proceso de añejamiento del whisky.
Maderas brasileñas como la amburana y el bálsamo son cada vez más utilizadas, aumentando la variedad de sabores durante la degustación.
Durante la maduración, el alcohol extrae compuestos de la madera y el oxígeno, que circula por los poros de la barrica, contribuye a la formación de ácidos, ésteres y aldehídos que modifican la bebida.
Dependiendo del tiempo de maduración en barricas y toneles de madera, la cachaça puede clasificarse como blanca, premium, extra premium o reserva especial.
